Destacado

Japón 2015: Himeji.

Nuestro duodécimo día de viaje, viernes 18 de septiembre de 2015. Hoy regresamos a Kioto pero haremos una parada en el camino para visitar Himeji. Nos levantamos temprano para no variar, bajamos hacia el comedor ya que tenemos incluido el desayuno, Inma un desayuno occidental y yo japonés, los dos muy buenos y buen servicio. 



Nuestro destino, castillo de Himeji.



Recepción del hotel Ryoso Kawaguchi.

Hacemos el check out, como es temprano dejamos la mochila en recepción y salimos a dar la última vuelta por la isla, teníamos pensado subir hasta el monte Misen pero lo hemos dejado para no ir justo de tiempo y con carreras. Sobre las 9:30 horas cogemos el ferry hasta el puerto de Miyajimaguchi.


Desde el muelle nos dirigimos hacia la estación de tren y desde allí a Hirosima. Después de 25 minutos llegamos a la estación de Hirosima, buscamos la vía que nos lleva a Okayama, saliendo a las 11:05 horas y llegando a las 12:19 horas. Nos dirigimos a la vía 24 para coger el tren hacia Himeji, salimos a las 12:34 horas y llegando a las 12:54 horas.  La ciudad de Himeji es una ciudad localizada en suroeste de la prefectura de Hyōgo. Dejamos la mochila en consigna de la estación, precio de ¥1.000. Y nos dirigimos hacia nuestra visita.


Hemos venido a Himeji para visitar el castillo, uno de los más hermosos del país. Desde la estación tenemos que seguir una gran avenida o calle principal Otemae, que nos lleva directo al castillo, por el camino paramos a almorzar en un pequeño restaurante regentado por personas mayores, donde entran muchos locales, así que entramos y la verdad que fue todo un acierto, ya que comimos muy bien y a un buen precio. Una vez con el estómago lleno, nos dirigimos hacia la entrada del castillo, precio ¥1.040, ya que incluye también las visita al jardín.


Una vez terminada las obras de rehabilitación en el año 2015 este castillo vuelve a ser visitado por muchos turistas, al estar entre los tres más populares de todo Japón, su estructura medieval es una de las causas de su belleza y de estar entre los más visitados.

El castillo es conocido como “La garza blanca” (Hakuro-jō o Shirasagi-jō), existen varias teorías que explican dicho apodo pero nosotros nos quedamos que es debido a su color blanco del yeso exterior, que es ignífugo, algo muy importante si tenemos en cuenta que el castillo fue construido con madera.



El castillo fue construido en 1333, cuando el señor del distrito de Harima (hoy Himeji) construyó un fuerte en la zona. En 1581,  Toyotomi Hideyoshi construyó un castillo de tres pisos para defender la región de los conflictos, hasta que en 1601, Ikeda Terumasa (yerno del shogun Tokugawa Ieyasu) desmanteló la torre principal para construir una nueva de cinco pisos y usó los materiales para construir las torres menores. El castillo fue una importante sede del gobierno feudal durante el periodo de Edo y finalmente cuartel del Ejército Imperial durante el periodo de Meiji.



Subimos los cinco pisos de la torre principal o tenshu, en la galería de imagen o en el vídeo podemos ver imágenes de las vistas desde lo más alto del castillo. En este último piso encontramos un pequeño santuario dedicado a Osakabe-myojin, deidad del clan Osakabe. También en la galería de imágenes encontramos fotos de los detalles de las ventanas, en forma de campana.


Una vez terminada la visita al castillo nos dirigimos hacia los jardines. Visitamos el jardín, un refugio donde los visitantes podemos disfrutar de tranquilidad y paz. Paseamos y disfrutamos del paisaje hasta que terminamos en una casa de té saboreando un té japonés donde nos enseñaron su ceremonia, precio ¥500.






Nos dirigimos hacia la estación de tren, ya que a las 18:01 horas sale nuestro tren hacia Kioto. Después de unos 54 minutos llegamos a Kioto, aprovechamos que había poca gente en la oficina de JR Pass, para reservar asiento para el próximo viaje largo en tren. Luego volvemos caminando al hotel. Recogemos las maletas en consigna del hotel e hicimos el check in. Pasamos la noche paseando por las calles de la zona. Nos leemos.



No hay comentarios